¡Hola!
He creado este blog como parte de un trabajo para la asignatura de Informática Sanitaria, pero me gustaría ir más allá y poder ayudaros en lo que necesiteis sobre vuestro embarazo y más tarde sobre la salud de vuestro bebé.
Espero que este blog sea de vuestra ayuda y os resuelva cualquier duda que podais tener.
Gracias por la visita.

jueves, 12 de febrero de 2009

La depresion postparto

Después de nueve meses, por fin llegó el momento, y ahora tienes el milagro de la vida en las manos, ya lo conociste, le viste los ojitos y las manitas, todo es maravilloso pero...


Muchas mujeres se entristecen después del parto, se sienten débiles, y no hay forma de que disfruten verdaderamente de su nuevo bebé. Esto se llama depresión postparto.

Las causas de esta condición son muy variadas y de hecho no se han podido detectar con seguridad. Se ha especulado que puede tener un origen hormonal, pues después de dar a luz el nivel de progesterona baja notablemente y esto puede producir los cambios de humor, de metabolismo, cansancio y demás síntomas de la depresión.

De la misma manera, podría ser un desajuste en los neurotransmisores del sistema nervioso, o incluso podría tener un origen genético. Los estudios se han inclinado por la búsqueda en el campo biológico, pero no hay nada definitivo, lo que se sabe es que para algunas mujeres el parto resulta traumático.

Ahora bien, los síntomas si están bien reconocidos, por lo que se sabe cuándo es momento de preocuparse. Si la sensación de tristeza dura más de dos semanas, se hay desórdenes en el dormir (ya sea insomnio o exceso de sueño), existe un fuerte sentimiento de culpabilidad, la madre rechaza al bebé, o siente pánico, llora sin razón aparente, y muestra agresividad injustificada, definitivamente hay depresión y urge la visita a un médico.

La depresión postparto tiene niveles. Cuando se presentan algunos de los síntomas, pero se quitan en menos de dos semanas, es mejor llamarla tristeza postparto, y no tiene concecuencias serias. Pero, si por el contrario, las alertas persisten e incluso se agraban con tendencias al aislamiento, o inquietudes suicidas, se le conoce como depresión.

En caso de que sea la depresión postparto, ésta puede ser tratada con terapia o incluso con medicamentos antidepresivos, y por lo general es una condición que se supera.

Esta dolencia debe ser considerada seriamente, pues puede desarrollar en la mujer tendencias suicidas, provocar alucinaciones, e incluso llegar a derivar en una psicosis puerperal, la cual es una alteración mental que obliga a la hospitalización, y es muy grave.

El nivel leve o tristeza ataca a un 80% de las mujeres, y dura de dos días a dos semanas. Es el que llamamos periodo de ajuste para que la madre adopte sus nuevas responsabilidades y se acostumbre al bebé.

Pero volviendo a la depresión postparto, hay mujeres que se encuentran en riesgo de sufrirla, aunque debido a la falta de conclusiones, no se puede prevenir del todo. Sólo se sabe que la mayoría de las mujeres que han sufrido esta dolencia, se caracterizan por haber tenido un parto difícil, un embarazo peligroso, carecer del apoyo familiar o de la pareja, no desear al bebé, e incluso por baja autoestima e historial depresivo.

Cuando se tiene depresión postparto es bueno reconocerla a tiempo para no permitir que se agrave. Para esto hay varias medidas que puedes tomar para tratar de controlarte y sentirte contenta.

Primero, no te obligues a nada. Si bien, el bebé demanda tiempo y cuidados no debes dejar de tomar las cosas con calma ni sentirte presionada. Poco a poco se irán acoplando y de eso debes estar conciente. Ádemás, no dejes que la información que te dan otras pesonas te abrume, sigue las indicaciones del médico, del pediatra, pídele ayuda a tu madre o a tu compañero o incluso a una amiga, pero no dejes que controlen tu vida.

Cómo el bebé se despierta a deshoras, eso te cansará mucho y estarás ya cansada por el esfuerzo del parto, por eso es aconsejable que acomodes tu sueño a las horas de dormir del bebé, así descanasarás bastante. Luego, no te reprimas si deseas llorar, hazlo. Los sentimientos acumulados provocan explosiones posteriores no agradables.

Por último, levántate tú misma la moral. Trata de sentirte mejor contigo misma, date baños de relajamiento, busca un régimen de ejercicios que te ayuden a recuperar la línea, compra ropa nueva, haz planes con tu nuevo bebé a futuro, habla mucho con él, conversa y cuéntale lo que quieras. Y sobre todo no te obligues a hacer algo que no quieres.

El exceso de presión, el querer ser la madre perfecta pueden hacerte muy vulnerable. Tus miedos y dudas son normales, simplemente trata de no dejar que ellos tomen el control, y no temas buscar ayuda. La que mejor sabe qué tan deprimida eres tú, sólo tú puedes saber realmente cuando se te está yendo de las manos y necesitas ayuda profesional. No temas buscarla, pues no eres la única, ni eres una mala madre, simplemente requieres de un apoyo para entender y adoptar tu nueva vida.

Ser madre puede ser lo más maravilloso del mundo, pero para eso hay que tener la actitud, la disposición y el ánimo. No es tu culpa sufrir la depresión, sólo requieres el tratamiento y verás que pronto estará todo bien.

miércoles, 11 de febrero de 2009

La lactancia materna

La leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido. No solo considerando su composición sino también en el aspecto emocional ya que el vínculo afectivo que se establece entre una madre y su bebé amamantado constituye una experiencia especial, singular e intensa. Existen sólidas bases científicas que demuestran que la lactancia materna es beneficiosa para el niño, para la madre y para la sociedad, en todos los países del mundo.

La leche materna contiene todo lo que el niño necesita durante los primeros meses de la vida. Protege al niño frente a muchas enfermedades tales como catarros, bronquiolitis, neumonía, diarreas, otitis, meningitis, infecciones de orina, enterocolitis necrotizante o síndrome de muerte súbita del lactante, mientras el bebé está siendo amamantado; pero también le protege de enfermedades futuras como asma, alergia, obesidad, enfermedades inmunitarias como la diabetes, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa y arterioesclerosis o infarto de miocardio en la edad adulta y favorece el desarrollo intelectual.

Los beneficios de la lactancia materna también se extienden a la madre. Las mujeres que amamantan pierden el peso ganado durante el embarazo más rápidamente y es más difícil que padezcan anemia tras el parto, también tienen menos riesgo de hipertensión y depresión postparto. La osteoporosis y los cánceres de mama y de ovario son menos frecuentes en aquellas mujeres que amamantaron a sus hijos.

Desde otro punto de vista, la leche materna es un alimento ecológico puesto que no necesita fabricarse, envasarse ni transportarse con lo que se ahorra energía y se evita contaminación del medio ambiente. Y también es económica para la familia, que puede ahorrar cerca de 100.000 pts. en alimentación en un año. Además, debido a la menor incidencia de enfermedades, los niños amamantados ocasionan menos gasto a sus familias y a la sociedad en medicamentos y utilización de Servicios Sanitarios y originan menos pérdidas por absentismo laboral de sus padres.

Por todas estas razones y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP), el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría recomienda la alimentación exclusiva al pecho durante los primeros 6 meses de la vida del niño y continuar el amamantamiento junto con las comidas complementarias adecuadas hasta los 2 años de edad o más.


El comienzo
Es importante que al niño se le ofrezca el pecho precozmente, a ser posible en la primera media hora tras el parto. Después de la primera hora, el recién nacido suele quedar adormecido unas horas. Durante este tiempo, es recomendable que el bebé permanezca junto a su madre aunque no muestre interés por mamar y que se estimule el contacto piel con piel entre ambos (Figura 1). Así, puede ofrecerse el pecho tan pronto como se observe que el niño está dispuesto a mamar (movimientos de la boca buscando el pezón, hociqueo...) y no solamente cuando llore. El llanto es un signo tardío de hambre.


¿Solo pecho?
Cualquier mujer puede ser capaz de alimentar a su hijo exclusivamente con su leche. La diferencia entre unos pechos grandes o pequeños, prácticamente, es la cantidad de grasa que contienen y no la cantidad de glándula productora de leche. Por otra parte, las causas que contraindican la lactancia materna (algunas enfermedades o medicamentos...) son muy raras, casi excepcionales. Hoy en día, casi todas las enfermedades maternas tienen algún tratamiento que se puede hacer sin tener que suspender la lactancia (consulta a tu pediatra).

El principal estímulo que induce la producción de la leche es la succión del niño, por lo tanto, cuantas más veces se agarra el bebé al pecho de la madre y cuanto mejor se vacía éste, más leche se produce. La cantidad se ajusta a lo que el niño toma y a las veces que vacía el pecho al día. La calidad también varía con las necesidades del niño a lo largo del tiempo. Durante los primeros días, la leche es más amarillenta (calostro) y contiene mayor cantidad de proteínas y sustancias antiinfecciosas; posteriormente aparece la leche madura. Su aspecto puede parecer “aguado” sobre todo al principio de la toma ya que es hacia el final de la misma cuando va aumentando su contenido en grasa. Sin embargo, no existe la leche materna de baja calidad; ésta siempre es adecuada al bebé y es todo cuanto necesita.

Un recién nacido sano no necesita más líquidos que los que obtiene de la leche de su madre, no es necesario ni recomendable ofrecer agua ni soluciones de suero glucosado. Antes de darle “suplementos” o cualquier alimento distinto de la leche materna es conveniente consultar con el pediatra.



Duración y frecuencia entre las tomas
El tiempo que cada bebé necesita para completar una toma es diferente para cada bebé y cada madre y también varía según la edad del bebé y de una toma a otra. Además, la composición de la leche no es igual al principio y al final de la toma, ni en los primeros días de vida o cuando el bebé tiene 6 meses. La leche del principio es más aguada pero contiene la mayor parte de las proteínas y azúcares; la leche del final de la toma es menos abundante pero tiene más calorías (el contenido en grasa y vitaminas es mayor).

Tanto el número de tomas que el niño realiza al día, como el tiempo que invierte en cada una, es muy variable por tanto y no hay que establecer reglas fijas. Es mejor ofrecer el pecho “a demanda”. Un niño puede desear mamar a los 15 minutos de haber realizado una toma o por el contrario tardar más de 4 horas en pedir la siguiente, aunque al principio, durante los primeros 15 ó 20 días de vida, es conveniente intentar que el niño haga al menos unas 8 tomas en 24 horas.

Tampoco es aconsejable que la madre o quienes la acompañan limiten la duración de cada toma, el bebé es el único que sabe cuándo se ha quedado satisfecho y para ello es importante que haya tomado la leche del final de la toma. Lo ideal es que la toma dure hasta que sea el niño quien se suelte espontáneamente del pecho.


Otras recomendaciones
La única higiene que necesita el pecho materno es la que se realiza con la ducha diaria. Después de cada toma no es necesario lavar los pechos con jabón, tan solo secarlos. Posteriormente pueden ser útiles los discos absorbentes, cambiándolos tantas veces como sea necesario.

La madre no necesita variar sus hábitos de comida o de bebida. Es posible que la madre tenga más sed, pero no es necesario beber a la fuerza. Solo en el caso de alergias podría ser necesario suprimir algún alimento de la dieta de la madre. Si la madre es fumadora, este es un buen momento para dejarlo, lo mismo que con el alcohol.

En algunas ocasiones, puede ser útil que la madre aprenda a extraerse la leche, bien para guardarla y que alguien alimente al bebé cuando la madre no pueda hacerlo, o bien para aliviar las molestias producidas por un acumulo de leche excesivo en períodos en los que el apetito del bebé disminuye, evitando así que se produzca una mastitis. La extracción de la leche puede hacerse de forma manual o mediante un sacaleches (consulte a su pediatra, matrona, enfermera de pediatría o experta en lactancia). La leche materna puede conservarse en frigorífico unos 5 días y congelada entre 3-6 meses en función de la temperatura.

Parto en el agua

Hay muchas mujeres que buscan alternativas al parto tradicional a la hora de traer un bebé al mundo.

Es una opción para las madres que prefieren un método más natural. En lugar del clásico quirófano, eligen un entorno más íntimo y confortable, en el que sienten que controlan más la situación.
Una vez que empiezan las contracciones, la mujer se sumerge en una bañera-piscina especial con 10 cm. de agua filtrada o potable a unos 37 grados de temperatura.

El medio acuático es muy placentero para la madre debido a que el agua templada relaja los músculos y estimula la producción de endorfinas, disminuyendo la sensación de dolor. Además, acelera la fase de dilatación y reduce las episiotomías al ablandar los tejidos perineales.
Algunos expertos aseguran que la posición vertical que se da en el parto acuático, la misma que se adoptaba antiguamente, facilita la expulsión del bebé gracias a que el peso del bebé hace más presión por acción de la fuerza de gravedad.

En cuanto al bebé, el parto acuático supone una forma menos traumática de venir al mundo. Permite su transición del líquido amniótico, en el que estuvo durante nueve meses, a otro medio acuoso. Mantiene también el mismo calor corporal, pasando de los 37 grados dentro de la madre a la misma temperatura en el agua. Todas las sensaciones del mundo exterior le van llegando poco a poco. Primero los sonidos, luego las luces, los contactos, los cambios de temperatura, etc. El bebé tiene su tiempo para irse adecuando a la nueva situación con más tranquilidad. El parto bajo agua favorece la transición del bebé del líquido amniótico al mundo exterior. Todo eso contribuirá para alejarlo de situaciones de estrés que podrían ocasionarle irritabilidad durante el primer año de su vida.



A veces, el trabajo de dilatación transcurre dentro del agua y si la mujer lo prefiere sale de la bañera en el momento de la expulsión. Sino, una vez que el niño nace, se pasa a la mujer al sillón de parto para la fase del alumbramiento que consiste en la expulsión de la placenta. Si surgiera algún problema en cualquier fase del parto, se puede trasladar a la madre inmediatamente al quirófano para realizar una cesárea si fuera necesario.

Antes de decidirse por este tipo de parto, es importante tener presente que es un método costoso e informarse de los centros donde se practica.


En Galicia, las mujeres embarazadas ya pueden elegir entre el parto tradicional o el natural en bañera. Centros de salud pública de A Coruña y de Pontevedra, ya ofrecen bañeras especiales para la realización de partos con este método. Eso es posible gracias a la gran demanda que se registró de familias el año pasado, unida a una gran acogida entre los profesionales.
Por último, os dejo un video en el que se aprecia como nace un bebé bajo el agua, gracias a que la bañera en la que se realizo es transparente.


Madre a los 40

Cada vez son más las mujeres que tienen su primer hijo después de los cuarenta. Las circunstancias personales y, sobre todo, profesionales hacen que algunas mujeres no puedan plantearse la maternidad a una edad más temprana.

Actualmente, las mujeres dan prioridad a sus estudios, a la seguridad en un buen puesto de trabajo y a una vivienda para poder independizarse. No se plantean ser madres antes de tener una estabilidad económica y profesional, por lo que se produce un inevitable retraso de la maternidad.
Sin embargo, deben tener en cuenta que a partir de los 35 años, pueden tener mayor dificultad para concebir, ya que a partir de esa edad se produce una disminución de la fertilidad, les puede costar más tiempo quedar embarazada que a una edad más temprana.
Ventajas de la maternidad tardía
La principal ventaja de estas madres es la madurez que poseen para hacer frente a la maternidad. Poseen la serenidad y madurez que solamente se consigue con el paso de los años para criar y educar a su bebé.
Con la edad, se alcanza cierta tranquilidad y sosiego y se supera con mayor facilidad las dificultades y los momentos de cansancio inevitables que existen durante el embarazo y en los primeros años del pequeño.

La estabilidad económica y familiar son factores muy positivos para la crianza de un hijo. Sobre todo, porque evita y soluciona dificultades y muchos problemas.

Desventajas del retraso de la maternidad
La maternidad tardía no presenta normalmente problemas para la embarazada, pero sí implica más riesgo para el feto.

A esa edad existe una mayor probabilidad de que el feto presente enfermedades genéticas o malformaciones congénitas, como el síndrome de Down. No obstante, las técnicas han mejorado mucho con los años y los ecógrafos y los análisis genéticos, permiten detectar problemas durante el embarazo que, en muchos casos, tienen solución.
También se ha demostrado que existe una mayor probabilidad de riesgo de cesárea y embarazos de gemelos que en mujeres más jóvenes. Por ello, la mayoría de las mujeres de esa edad, cuando quedan embarazadas les surgen infinidad de temores. Pero, hemos de destacar que tradicionalmente se han exagerado los riesgos y se han creado muchos temores infundados. Además, los avances de la medicina han contribuido a que los riesgos sean menores.
La diabetes y la alta tensión arterial pueden producirse por primera vez durante el embarazo, sobre todo en mujeres mayores de 40 años. Por ello, es muy importante que a esta edad las madres tengan un seguimiento ginecológico desde el comienzo de la gestación de forma regular. Normalmente, son trastornos que no entrañan ningún riesgo ni para la madre ni para el bebé si se diagnostica desde su comienzo y siguen el tratamiento adecuado.

En lo concerniente a la relación con los hijos, la excesiva diferencia de edad puede provocar problemas de comunicación, especialmente en la adolescencia, ya que debido al gran salto generacional, las diferencias en la forma de pensar pueden ser muy pronunciadas.
Como reducir riesgos durante el embarazo
Para reducir riesgos durante un embarazo lo principal es:
  • Acudir regularmente al ginecólogo para que haga un seguimiento del embarazo, detectar posibles complicaciones a tiempo y poner todas las soluciones que esté a nuestro alcance.

  • El ácido fólico es un complejo de vitaminas que suelen tomar casi todas las embarazadas porque ayuda a prevenir problemas en la médula espinal y ciertos defectos de nacimiento.

  • No consumir bebidas alcohólicas durante el embarazo, drogas o medicamentos que puedan perjudicar al feto ni tampoco fumar durante el mismo.

  • Llevar una dieta sana que incluya alimentos ricos en ácido fólico y mantener un peso adecuado según cada persona.

martes, 10 de febrero de 2009

Recupérate de la cesarea

Al tratarse de una intervención quirúrgica, la recuperación de la cesárea es más lenta que la de un parto vaginal. Generalmente, la paciente requiere de cuatro a siete días de observación en la maternidad después del parto.


La recuperación depende en gran medida si la operación fue practicada con anestesia epidural (en el 90 por ciento de los casos) o general. En ambos casos te mantendrán en ayunas varias horas, sobre todo si te han puesto anestesia total, al existir riesgo de náuseas y vómitos. Hay que tener en cuenta que el organismo bloquea el funcionamiento del intestino como medida de defensa y tarda dos o tres días en recuperar el ritmo normal. A eso se debe la hinchazón y molestias en la zona abdominal.


Se aconseja beber poco líquido durante el primer día y al segundo día ingerir un caldo con abundante sal, ya que el sodio ayuda a reactivar el sistema intestinal, complementando con suaves masajes en el abdomen en el sentido de las agujas del reloj.Los médicos consideran importante que la madre empiece a caminar distancias cortas al día siguiente de la cesárea para evitar el riesgo de trombosis o flebitis. No es conveniente que hagas movimientos que comprometan a los músculos abdominales. Para levantarte de la cama, siéntate bien al borde y ayúdate de la fuerza de los brazos para ponerte de pie. Para dar los primeros pasos y sentarte protege la cicatriz con las manos. Es muy posible que al principio te sientas mareada, así que pídele a alguien que te ayude.


La herida debe mantenerse siempre seca, por eso hasta que te quiten los puntos debes cubrirla con un apósito de plástico sobre el vendaje para evitar que se moje. Una vez sin puntos, ponte una gasa si te molesta el roce de la ropa. Si te duele mucho, o notas la zona inflamada o roja, visita al médico que, no es común, pero podría haberse infectado.

El parto por cesárea

La cesárea es el nacimiento del bebé mediante una incisión quirúrgica (corte) en el abdomen (panza) y útero (matriz). Es distinto del parto vaginal, en el que el bebé sale por la vagina de la madre.
El parto natural o vaginal es la forma natural en que los bebés nacen. Sin embargo, hay ocasiones en que no es posible tener un parto vaginal. Es posible que la cesárea sea una opción más segura que el parto vaginal si usted o su bebé tiene ciertos problemas antes o durante el trabajo de parto.


La cesárea es una operación mayor y sólo debe someterse a este procedimiento si su salud o la de su bebé está en peligro. Es posible que su médico le sugiera tener una cesárea con motivo de los siguientes problemas del embarazo:
  • Ya tuvo una cesárea u otras operaciones en el útero.
  • El bebé es demasiado grande para que pase sin riesgos por la vagina.
  • El bebé está de nalgas, con los pies primero o en posición transversal (hombros primero). La mejor posición para el bebé es la cabeza primero.
  • El trabajo de parto es demasiado lento o se detiene.
  • Tiene un prolapso en el cordón umbilical (el cordón umbilical cae hacia la vagina donde corre el riesgo de quedar aplastado o aprisionado durante el parto vaginal).
  • Va a tener un parto multiple.
  • El bebé sufre problemas durante el trabajo de parto que indican que está bajo estrés, como cuando le disminuye el ritmo cardíaco.
  • Usted tiene una condición seria de salud que requiere tratamiento intensivo o de emergencia (como la diabetes o la alta presión arterial).


Procedimiento
Normalmente las cesáreas se realizan en un quirófano especial para este tipo de intervención, y suelen obedecer a los siguientes procedimientos:
  • Aplicación de la anestesia general o local (epidural o espinal), dependiendo de la urgencia. La epidural te hará estar anestesiada desde tu cintura hasta los pies.
  • Colocación de un tubo delgado llamado catéter en la vejiga para drenar la orina durante la cirugía
  • Introducción de una aguja en una vena de la mano o brazo para administrarte líquidos durante la operación y medicamentos en caso de que sea necesario
  • Afeitado y lavado del abdomen.
  • Corte o incisión horizontal por encima del hueso púbico, después de que se observe que estás anestesiada. A veces se necesita un corte vertical; dependerá de la posición del bebé o de la placenta.
  • Incisión en la pared del útero.
  • Extracción del bebé del saco amniótico.
  • Separación y retirada de la placenta.
  • Cierre de las incisiones.Normalmente el proceso de parto por cesárea dura entre 45 minutos y una hora. Si la madre evoluciona bien puede tener a su bebé en los brazos ya en la sala de parto. La recuperación es más lenta que si fuera un parto vaginal. Puede que tenga que pasar unos dos o tres días en el hospital, y luego descansar en casa de cuatro a seis semanas.


La recuperación después de una cesárea toma más tiempo que la recuperación después de un parto vaginal. Después de una cesárea, es común permanecer en el hospital entre 3 y 4 días y que la recuperación completa lleve de 4 a 6 semanas. Por lo general, la hospitalización por un parto vaginal es de 2 días, y la recuperación completa toma menos tiempo que en un parto por cesárea. La cesárea también es más costosa que el parto vaginal.

Entre los riesgos para el bebé encontramos:

  • Anestesia: Algunos bebés se ven afectados por los medicamentos que se le administran a la madre para la anestesia durante la cirugía. Estos medicamentos adormecen a la mujer para que ella no sienta dolor. Pero también pueden ocasionar somnolencia o inactividad en el bebé.

  • Problemas respiratorios: Aunque nazcan a término, los bebé que nacen por una cesárea tienen más probabilidades de tener dificultades para respirar que los bebés que nacen por la vagina.


Y tambien hablaremos de los riesgos para la madre:

  • Algunas mujeres pueden sufrir una o más de las siguientes complicaciones después de una cesárea.
  • Infección en la incisión, el útero u otros órganos pélvicos cercanos.
  • Sangrado abundante que puede dar lugar a una transfusión de sangre.
  • Lesiones en la vejiga o intestinos.
  • Coágulos en las piernas, órganos pélvicos o pulmones.
  • Reacciones a los medicamentos o a la anestesia (medicamentos que la adormecen para no sentir el dolor)

Un número pequeño de mujeres que tienen partos por cesárea muere, asi que no hay porque preocuparse si te vas a someter a una césarea.

Las posturas para el parto

Para poder elegir la postura más cómoda para parir conoceremos primero cuáles son las diferentes posturas de parto.

La elección de la postura de parto es algo muy personal y depende de cada mujer. No existe una postura de parto ideal, la mejor es con la que la mujer se sienta más a gusto en cada momento. Puede ser incluso una combinación de varias posturas a lo largo de todo el proceso de parto.
La posición de parto más extendida en los centros hospitalarios es aquella en la que la mujer está tumbada de espaldas en la mesa de partos con los pies sujetos a los estribos de la mesa, también llamada posición ginecológica.

A pesar de ser la más utilizada, la posición horizontal o en litotomía no es la única opción posible, y tal vez tampoco la más idónea para el buen desarrollo del parto. Existen otras posturas menos conocidas, la mayoría con el tronco en posición vertical, como de pie, sentada, en cuclillas o de rodillas. También en cuadripedia o sobre alguno de los lados.

Hablaremos de las diversas posturas para conocer las ventajas y desventajas de cada una:
  • Parto tumbada: la posición tumbada (en litotomía o decúbito supino) también llamada posición ginecológica es a la que nos hemos acostumbrado pues es la más extendida. Pero ha recibido muchas críticas por la pasividad a la que se somete a la mujer al momento de parir y porque no favorece la fisiología natural del parto.
    Los nuevos protocolos sobre la Estrategia al parto normal dictan que cada mujer puede elegir la postura de parto que desee, incluso hay hospitales que han incorporado mesas de parto especiales para que la mujer adopte la posición que prefiera.
    Las desventajas de la postura horizontal son, por empezar, que va en contra de la ley de gravedad. En lugar de que la presión del peso del bebé facilite la expulsión, la madre no cuenta con esa ayuda natural debiendo empujar al bebé para que atraviese el canal de parto en un plano ascendente, incrementando las posibilidades del uso de fórceps o de cesárea. Un experto en quiropráctica comentaba que la fuerza que realiza la mujer para sacar al bebé estando tumbada es de 20 kilos, una fuerza que se puede disminuir notablemente al cambiar la postura a posición vertical.
    Al estar acostada, el peso del útero comprime los grandes vasos sanguíneos interfiriendo la circulación y la oxigenación del bebé. Además, la pelvis se aplana pues el cócix se aplasta contra la cama estrechando la salida pélvica, lo cual además de interferir en el parto daña la columna de la madre.
    Por su parte, a favor de la postura decúbito supino hay investigaciones que aseguran que presenta menor riesgo de pérdida de sangre durante el parto y de hemorragias después del parto.
    Algunas mujeres que se encuentran tumbadas con las piernas anestesiadas y colgadas sobre los estribos pueden incluso sentirse sometidas, inmovilizadas e impotentes de ser partícipes del parto.
    Lo que permiten otras posturas, que no es posible al estar tumbada con las piernas levantadas, es la libertad de movimiento para adoptar la posición que se considere más cómoda. Se cree que es conveniente el movimiento de la mujer, especialmente en los inicios del parto ya que facilita el progreso del mismo y la tolerancia al dolor de la madre.
    Al hablar de postura de parto nos centramos en la mujer, pero el bebé también es protagonista en este momento y la postura que se adopte también repercutirá en su beneficio. El nacimiento es el primer estrés físico del ser humano y la forma de venir al mundo debe ser lo menos traumática posible.

  • Parto vertical: el parto vertical comprende diversas posturas en las que el tronco se encuentra en posición vertical como por ejemplo de pie, en cuclillas, de rodillas, sentada o semi-sentada.
    En las posturas verticales la ley de gravedad favorece el descenso del bebé por el canal de parto. A su vez, la presión que ejerce la cabeza del bebé va ablandando el suelo pélvico facilitando la dilatación y reduciendo las probabilidades de que se practique una episiotomía, es decir, que haya que realizar un corte para agrandar el orificio de la vagina.
    Precisamente por esa ayuda que proporciona el propio bebé al descender por el canal de parto, algunas investigaciones demuestran que el tiempo de dilatación es menor y el parto es más corto y menos doloroso en posición vertical que en horizontal, aunque en eso depende mucho el umbral de dolor de cada mujer.

  • De pie: al estar la mujer de pie cuenta con el apoyo que le proporcionan sus dos piernas. En esta posición se busca una base de apoyo que puede ser una pared, una barra, una cuerda o mejor, la pareja. Esta posición favorece la oxigenación del bebé.

  • En cuclillas: la salida pélvica se abre a su máxima capacidad (entre 1 y 2cm) facilitando la rotación del bebé y el descenso en un parto difícil.Al ponerse en cuclillas o a cuatro patas, el camino se acorta y los huesos de la pelvis se abren un poco más, lo suficiente para que en algunos casos el niño pueda pasar y el parto no acabe en cesárea o haya que recurrir a la ventosa o al fórceps. Puede requerir menos esfuerzo de puje por parte de la madre. Puede realizarse sobre la camilla o en el suelo.

  • Semi-sentada: es una posición que permite descansar a la mujer, permite el monitoreo fetal a la vez que es una buena alternativa para la matrona o el médico. Al estar incorporada la madre puede visualizar el parto. Hay hospitales con sillones de parto que permiten esta posición.

  • Sentada: el estar sentada sobre un taburete o sobre las rodillas del compañero permite echarse hacia delante para descansar después de cada contracción. También se pueden recibir masajes para aliviar los dolores en la parte baja de la espalda.

Quienes defienden el parto horizontal afirman que la ayuda que proporciona la ley de gravedad la sustituyen las contracciones que van ayudando al bebé a descender por el canal de parto y a encajarse. Asimismo, algunos médicos apuntan a que en posición vertical tienen menos control sobre la situación en caso de presentarse alguna complicación como sufrimiento fetal.

No todo se reduce a horizontal o vertical, la libertad de movimientos al momento de parir permite a la mujer adoptar también otras posturas que aunque son de gravedad neutral, tienen otras ventajas:

  • Tumbada sobre alguno de los lados: permite descansar a la mujer y disminuye las laceraciones del periné

  • Cuadrupedia (en cuatro patas): ayuda a aliviar los dolores de espalda y permite una mayor elasticidad en la zona del periné.

Cualquier de las posturas mencionadas pueden ir variando a lo largo del parto eligiendo una postura para las diferentes fases del parto ya que ninguna resulta cómoda para un largo período de tiempo.

Sea cual sea tu decisión, es recomendable que lo hables antes del parto con tu médico, quien evaluará si tus preferencias son viables según las caracteristicas de tu embarazo y si el centro donde darás a luz cuenta con los medios necesarios.

Coincidiendo con las recomendaciones de la OMS, la postura de parto es una elección muy personal. A lo mejor una no es tan mala ni la otra tan buena, pero lo importante es que sea una decisión propia de cada mujer.