¡Hola!
He creado este blog como parte de un trabajo para la asignatura de Informática Sanitaria, pero me gustaría ir más allá y poder ayudaros en lo que necesiteis sobre vuestro embarazo y más tarde sobre la salud de vuestro bebé.
Espero que este blog sea de vuestra ayuda y os resuelva cualquier duda que podais tener.
Gracias por la visita.

lunes, 26 de enero de 2009

El parto natural

El parto natural es una manera de dar a luz “con poca tecnología”, permitiendo que la naturaleza siga su curso. Puede incluir lo siguiente:



  • Vivir el trabajo de parto y el parto sin la ayuda de medicación (ni siquiera de analgésicos como la anestesia epidural)


  • Recibir escasa o nula atención médica, como el monitoreo fetal continuo, las cesáreas o las episiotomías


  • Permitir que sea la mujer quien conduzca el proceso del trabajo de parto y el alumbramiento, de la forma que le resulte más cómoda.


Muchas mujeres con embarazos de bajo riesgo eligen el camino natural para evitar las complicaciones que pueden generar los medicamentos en ellas o sus bebés. Los analgésicos pueden afectar el trabajo de parto; por ejemplo, bajar la presión arterial, reducir o aumentar el ritmo del trabajo de parto, provocar náuseas y generar sensación de confusión y falta de control.



No obstante, son muchas las mujeres que eligen el parto natural para estar más en contacto con la experiencia del nacimiento y vivir el parto con mayor protagonismo. Muchas de ellas prefieren dar a luz en entornos no hospitalarios; por ejemplo, en centros de alumbramiento donde se hace hincapié en el parto natural. Las mujeres tienen la libertad de moverse durante el trabajo de parto, adoptar las posiciones en las que se sientan más cómodas e incluso bañarse en un jacuzzi. Se le hacen monitoreos fetales frecuentes al bebé, por lo general con un equipo doppler portátil. Con frecuencia se recurre a técnicas para aumentar el confort, como la hidroterapia, los masajes, las compresas tibias y frías, la visualización y la relajación. Las mujeres pueden comer y beber lo que deseen, mientras dura el proceso.


Distintos profesionales del área de la salud pueden trabajar en el centro de alumbramiento: enfermeras calificadas, enfermeras obstétricas calificadas y doulas (especialistas capacitadas para la asistencia durante el parto y para suministrar cuidados posparto), que se desempeñan como asistentes del parto.



Las investigaciones indican que, durante el trabajo de parto, el apoyo permanente de una mujer con experiencia y capacitada, como una matrona, puede reducir la duración del trabajo de parto, la cantidad de medicación necesaria y las posibilidades de que se deba practicar una cesárea. Además, la participación de estas mujeres genera una sensación más positiva cuando termina el parto.



Además del padre, es posible que se permita el ingreso de otros hijos, abuelos y amigos para presenciar el parto (algo común en los centros de alumbramiento). Después del nacimiento, el bebé puede permanecer más tiempo con la madre.



Si su embarazo es de alto riesgo, lo indicado es que el parto se lleve a cabo en un hospital, donde pueda recibir la atención médica necesaria, sobre todo, ante una emergencia.



Lo relevante frente a un parto natural es que elige cómo contrarrestar el dolor. Cada mujer encuentra el método que mejor funciona para ella. Muchas pueden controlar el dolor canalizando la energía y enfocando la mente en algún otro pensamiento.



Las dos filosofías relativas al parto natural que predominan son la técnica Lamaze y el método Bradley. La primera de ellas enseña que el parto es un proceso normal, natural y saludable, pero adopta una postura neutral respecto de la medicación para el dolor y alienta a las mujeres a tomar decisiones racionales sobre lo que es mejor para ellas.



En tanto, el método Bradley pone el énfasis en un enfoque natural del nacimiento y en la participación activa del padre del bebé como asistente del parto. Un objetivo importante de este método es evitar toda medicación que no sea absolutamente imprescindible. El método Bradley también se centra en la buena nutrición y el ejercicio durante el embarazo, así como en las técnicas de relajación y de respiración profunda durante el trabajo de parto. Si bien el método Bradley recomienda vivir el parto sin medicación, las clases también preparan a los padres para complicaciones o situaciones inesperadas, como una cesárea de emergencia.



Si bien suele considerarse que el parto es una de las experiencias más dolorosas de la vida, esto varía ampliamente de una mujer a otra e incluso de un embarazo a otro. Las mujeres viven el dolor del trabajo de parto de distintas formas. Para algunas se parece al dolor menstrual; para otras, es una presión aguda, y para otras consiste en oleadas muy fuertes que se asemejan a los retorcijones abdominales. Por lo general, las madres primerizas manifiestan que el dolor es más fuerte, en comparación con lo que dicen aquellas que ya han dado a luz a otros niños.



En cuanto el tiempo que dura el parto, se puede señalar que en algunos casos, el bebé llega después de unas pocas horas, pero muchas mujeres pasan un día entero en trabajo de parto o incluso más tiempo. Ya sea que se decida por recibir medicación o no, el cuerpo de cada mujer reacciona de manera diferente ante el trabajo de parto.



En general, el parto natural es muy seguro. Sólo se torna riesgoso si una mujer no sigue las recomendaciones del médico que la asiste o si se niega a permitir la intervención médica cuando las cosas no salen como se planearon. Por su propio bienestar y el de su bebé, es importante que esté abierta a otras opciones si las cosas se complican. Rechazar atención médica en caso de emergencia puede poner en riesgo su vida y la de su bebé.



Al igual que le ocurre a toda mujer que acaba de dar a luz, es probable que tras el nacimiento de su bebé se sienta agotada, y lo más seguro es que usted y su hijo desearán dormir lo más posible; también sentirá frío o temblores, es normal que muchas mujeres tiemblen después del parto; sentirá contracciones uterinas, en especial si está amamantando, y también experimentará dolor y molestias en la vagina y en la zona que la rodea; por último, es posible que tenga la abrumadora sensación de haber concretado un logro, con la satisfacción de saber que lo hizo por sus propios medios.



El parto puede doler más de lo que usted se imagina. Algunas mujeres expresan el deseo de no recibir ningún tipo de analgésicos, sin embargo, terminan cambiando de opinión cuando comienza el trabajo de parto. Esta situación es muy común y absolutamente entendible. Si el dolor resulta intolerable, no debe sentirse mal por solicitar medicación. Dar a luz es una experiencia hermosa y gratificante, sin intervención médica o con ella.

1 comentario:

  1. es muy buen trabajo el que estas haciendo, facil de entender y bien resumido. sale!

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